Los nómadas Patricia Almarcegui y Jordi Esteva despliegan el emocionante mapa del viaje. Por Jacinto Antón

Los dos grandes viajeros están esperando sentados alrededor de la amplia mesa que domina el comedor-living del coqueto apartamento en el corazón del barrio del Born barcelonés, este atardecer. Suspendidos así en el tiempo y en el espacio, detenidos en su natural impulso de moverse, parecen dos personajes de Beckett o de un cuadro de habitación de hotel de Hopper. Juntos, Patricia Almarcegui y Jordi Esteva (al que pertenece el piso), dos de nuestros mejores escritores de literatura de viajes, ambos con libros recientes —Almarcegui su Cuadernos perdidos del Japón (Candaya), Esteva sus memorias, El impulso nómada (Galaxia Gutenberg)—, evocan más millas recorridas que Marco Polo, amén de una calidad literaria y un bagaje de experiencias y sensibilidad que no cabrían en una completa caravana de camellos. Sorprende verlos tan quietos, como si fueran, recortados por la luz delicuescente que los orla desde la ventana, una vieja foto o un daguerrotipo de esos viajeros clásicos que tanto admiran: ella, Lady Montagu; él, Burckhardt o Doughty. La magia del instante se rompe, y empieza otra, cuando se trasladan a un sillón y comienzan a conversar. EL PAÍS los ha reunido para hablar de viajes, y del sueño de los viajes. De la decoración del apartamento destaca una gran bandeja antigua de plata que parece un gong exótico de tierras lejanas y pone un eco de Shangri-La o Xanadú.

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«El impulso nómada» en La Contra de La Vanguardia

Por Víctor Amela

Su título es tan elocuente como el relato que encabeza: El impulso nómada (Galaxia Gutenberg): son las memorias de la vida inquieta de su autor como fugitivo y como buscador. He gozado los espléndidos libros de Esteva sobre mundos perdidos ( Socotra, Los árabes del mar, Los oasis de Egipto, Viaje al país de las almas ...) y sus poéticos largometrajes ( Komian, Historia de Cabo Corrientes, Retorno al país de las almas ...), y agradezco ahora esta valentía de contarse a sí mismo, nómada de pasados fascinantes. No me resisto a compartir la última confidencia de Jordi Esteva: “Hace poco he vuelto al oasis de Egipto en el que fui feliz, Zarzura, que solo encuentra aquel que se ha perdido. Allí me desnudé y me dejé flotar en su estanque”. Y de Zarzura, cuentan los ancianos, nadie regresa cuerdo...

https://www.lavanguardia.com/lacontra/20220311/8116242/dia-me-ire-casa-me-vereis-mas-repetia-nino.html

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El Impulso Nómada

A punto de cumplir 70 años, el escritor y fotógrafo Jordi Esteva escribe unas memorias emocionantes y conmovedoras en las que pasa revista sin tapujos

El viaje más emocionante de Jordi Esteva ha resultado ser el de sus recuerdos. A punto de cumplir 70 años (en julio), el viajero, escritor, fotógrafo y autor de documentales barcelonés se despacha con unas memorias, El impulso nómada, aún inéditas, en las que pasa revista sin tapujos a su vida, sus extraordinarios viajes, su sexualidad y sus sueños. El autor de Los oasis de EgiptoLos árabes del mar o Socotra, la isla de los genios, nos lleva ahora de Villa Rosa, la casa de los veranos de la infancia en El Figaró, a los peligros del Sudán, a las catacumbas de Kom el Shogafa en Alejandría o al oasis de Siwa. Lo hace desgranando con arrebatadora franqueza y su acostumbrado gran pulso literario una aventura vital que incluye el descubrimiento y asunción de su homosexualidad —tras ser sometido a tratamiento médico en los años setenta para reprimirla—, la experiencia con las drogas (desde las luminaletas de niño a la mescalina y al opio) y la psicodelia hippy, el viaje iniciático de rigor a Afganistán y la India en camioneta, el amor por cualquier lugar en el que crezca el hinojo, haya gatos y ruinas y te den leche de camella, y al final del camino (de momento), la expulsión a la fuerza de Egipto, su hogar de elección, acusado de actividades subversivas por la policía secreta del país.

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«El impulso nómada» en Culturas de La Vanguardia

Crítica de Alexis Racionero Ragué

Jordi Esteva es un viajero irredento, libertario y modélico. Hombre privilegiado de un tiempo que inauguraba libertades que algunos valientes supieron aprovechar como pocos. Nacido en el seno de una clásica familia burguesa de Barcelona en los primeros años cincuenta, devino miembro de esa segunda oleada bohemia de jóvenes que tal vez no querían cambiar el mundo, pero sí sus vidas. 

Ajeno a ciertas intelectualidades de aquel tiempo, pese a acabar formando parte de la redacción de Ajoblanco en su segunda época (1987-1993), Esteva vivió bajo la estela del espíritu transgresor de los beats americanos, convirtiéndose en una especie de William Burroughs local. Categoría que podemos otorgar no tanto desde su vínculo con las drogas, pese a que fue un gran experimentador, sino fruto de su conexión con la cultura islámica y sufí.

Impulsado por la represión católica propia de la dictadura, su aventura se inició al coger un viejo Land Rover de su padre y marcharse al norte de África con Marta Sentís, después de haber estado en el mítico festival hippie de la isla de White (1970). Para toda aquella generación, la música de los Hendrix, Morrison o The Who era un auténtico catalizador que servía para abrir las puertas de la percepción.

Seguir leyendo: https://www.lavanguardia.com/cultura/culturas/20211107/7839720/jordi-esteva-fotografia-aventura-viajar-mundo-arabe.html

 

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«El impulso nómada» Crítica de Jordi Llovet en el Quadern de EL PAÍS

El grand tour de Jordi Esteva

 

L’anomenat Grand Tour era el viatge que els fills de les famílies acomodades d’Europa ?en especial les d’Anglaterra? feien arreu del continent als segles XVII i XVIII, amb parada obligada a França i a Itàlia ?països tan alliçonadors pel que fa a l’art i a les lletres? per completar la seva formació abans d’entrar en la vida professional i adulta. Goethe, Smollet o el fill de Lord Chesterfield, entre centenars de fills de l’aristocràcia, van dur a terme aquesta mena d’excursions. En molts casos, els viatges redundaven en la publicació de notícies de països que els anglesos no coneixien, i, per escreix, animaven més joves a fer el tour, per moda, per curiositat i molt sovint per esbravar-se sexualment. Només les notícies de Winckelmann sobre l’art grec i romà van moure molts il·lustrats i romàntics a traslladar-se als països banyats per la Mediterrània; i els poetes anglesos (Byron, Shelley, Keats) van arribar a considerar Roma la seva segona pàtria.

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«RETORNO AL PAÍS DE LAS ALMAS» Directors Cut en magnífico B y N

Entrado el siglo XXI, muchas creencias ancestrales luchan por sobrevivir en un mundo hostil y cambiante. En el sureste de Costa de Marfil, entre los akán, algunas comunidades continúan manteniendo contacto con los espíritus, a través de los komián o sacerdotes animistas que en estado de trance son poseídos por los genios del bosque y del agua.
Jean Marie Addiaffi (1941-1999), escritor e intelectual marfileño, luchó para preservar la literatura oral, los mitos, la farmacopea y la espiritualidad de los akán.
Yéo Douley, su discípulo, emprenderá un viaje que le llevará ante la tumba de su mentor para una libación ritual. En su largo camino asistirá a los rituales de iniciación de tres elegidos por los genios y a la entronización de uno de ellos como nuevo komián o gran sacerdote animista.

http://www.siwaproductions.com

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Video presentación de «El impulso nómada»

Jordi Esteva es sin duda uno de los escritores de viajes más destacados de la literatura española. Con El impulso nómada nos ofrece las claves para entender las razones íntimas del viaje, del movimiento, de la necesidad ineludible de partir.

Libro de cariz memorialístico, El impulso nómada narra la infancia y la adolescencia del autor durante las que, impelido por la aridez de los años del franquismo, se despierta en él la curiosidad por lo diferente y la fascinación por lo lejano. “Un día me iré y no veréis más”, pronunciaba de niño una y otra vez, mientras se enfrascaba en los libros de geografía, los atlas y los mapas.

Más adelante, el libro se detiene en el descubrimiento de la homosexualidad y la descripción de la Barcelona underground de los años setenta, un tiempo de una gran creatividad y a la vez marcado por la capacidad destructiva de la droga. Se narran los primeros viajes a Sudán y la India, y principalmente la estancia de cinco años en Egipto, país en el que el Jordi Esteva llegó a integrarse en los círculos intelectuales y artísticos, con la inevitable implicación en política, hasta que las amenazas de la policía secreta egipcia, con períodos de prisión incluidos, le obligaron a salir del país.

Se había roto el sueño del nómada, la posibilidad de vivir en Egipto y formar parte de un mundo distinto. Y la Barcelona a la que Esteva regresó era ya presa del desencanto a medida que la ciudad se encaminaba a la especulación postolímpica y a la banalización turística, mientras el sida iba haciendo estragos entre los amigos. 

Publicado por Galaxia Gutenberg

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Nacional.Cat Jordi Esteva, el escritor nómada que se marchó para no volver nunca más

"Son unas memorias, una autobiografía, pero no he querido hablar de mi vida, he querido hablar de todo aquello que provocó que quisiera tener este impulso de huir de un mundo gris e ingrato, de la familia y la religión. Una sociedad que me tenía atrapado. Yo quería huir de todo eso, marcharme muy lejos para encontrarme a mí mismo. Es de eso de que he querido hablar en el libro. Y por eso este título de El impulso nómada", confesa Jordi Esteva.

 

La literatura y el periodismo de viajes es aquella fuente de relatos que nos traslada a parajes de resonancia exótica y lejana sin tener que levantar los ojos del papel (o la pantalla). Autor de incunables como Los oasis de EgiptoLos árabes del mar o Socotra, la isla de los genios, el escritor, fotógrafo y director de documentales Jordi Esteva es uno de los grandes referentes del género en nuestra casa. A sus 70 años, este viajero incontinente ha trazado su fascinante relato vital en este El impulso nómada. Unas memorias huidizas que tienen su punto de salida en una infancia marcada por los inviernos grises en escuelas opresoras franquistas y veranos de bucólicos en el Figaró y el Empordà y alcanzan su cenit cuando, en los años del hippismo, la experimentación con las drogas, la eclosión del rock'n'roll (cuándo este era sinónimo de rebeldía) y, homosexual en una era en que la comunidad gay era perseguida y reprimida, las primeras muestras de liberación sexual; su protagonista emprende rutas iniciáticas por la India, Afganistán o Marruecos. Esteva acabará descubriendo su paraíso particular en el Egipto de los faraones. Un sueño que se transforma en pesadilla aquella noche en Mut cuando, poco después de conseguir la que dice que es la mejor foto de su vida: una tormenta de arena cerca de Dahla, tres esbirros de la policía egipcia irrumpen en su habitación y lo detienen. Cerrado en una prisión de alta seguridad del Cairo, lo acusan de espía. Decían que Esteva, pacifista confeso, se dedicaba a enseñar kárate (sic) en células subversivas contra el régimen. más de 70 años los gastos funerarios desorbitados

 

"Eran hechos que me obsesionaban", explica Esteva sobre las experiencias que alimentan las páginas de su autobiografía. "Recuerdos de infancia e imágenes, porque yo pienso mucho en imágenes. Vivencias sobre las cuales reflexionaba desde hacía mucho tiempo: una escuela muy represiva, el descubrimiento de una sexualidad no aceptada en aquella época... Todo eso ya lo había trabajado mucho mentalmente e, incluso tiempo atrás, ya había escrito, pero eran cosas muy dispersas. Fue a partir de encontrarme con el título, este El impulso nómada, con todo lo que implica, que el relato tomó sentido". También es un relato de personas. De los amigos y amigas que han marcado la vida de Jordi Esteva. "Siempre he necesitado a esta familia que nos fabricamos. A mi vida ha habido una serie de personas que han sido fundamentales para acabar construyendo lo que he acabado siendo yo como persona”.

 

Jordi Esteva descubrió de bien pequeño que había otros rincones del mundo en los que se vivía de una forma "mucho más amplia que la España franquista de los años sesenta": el desierto, el ártico, las estepas de Mongolia... Lugares, cuanto más lejanos mejor, que conoció a través de los mapas y los atlas. Eso y las películas que se proyectaban en verano, en la fiesta mayor del pueblo donde iba de veraneo con su familia: SimbadEl ladrón de BagdadTarzán... "Todo eso era lo que me hacía soñar. Me sentía diferente de los compañeros de escuela. Era un niño tímido a quien no gustaban los deportes. A mí me gustaban los animales, la geografía y la lectura, sobre todo las novelas de aventuras. Me gustaban mucho las historias de Guillermo Brown, supongo que porque era un niño rebelde. Lo mismo que Tom Sawyer y Huckleberry Finn”.

 

Más impactante todavía fue la irrupción del rock. Ya de adolescente empezó a escuchar artistas como Bob Dylan, Rolling Stones, The Doors, The Byrds... Grupos que transmitían un mensaje de rebeldía contra el sistema. "La mía fue una generación que no quería cambiar el mundo a la manera ortodoxa del comunismo, sino que pretendía un cambio desde el yo interior. Un deseo de querer distanciarse de la sociedad en que las drogas, en esta fase incipiente en que desconocemos que podían ser muy peligrosas, tuvieron un papel muy importante. Yo rompí con todo, me distancié de mi familia, abandoné los estudios a cuarto de Económicas y me marché a la India a ver qué pasaba”.

 

Los recuerdos se idealizan con el paso del tiempo y Jordi Estevaconfiesa que a él lo que, justamente, le interesa es cómo la memoria deforma la realidad sin traicionarla. Un ejercicio de escritura cubista con que ha modelado El impulso nómada. "A menudo, de un mismo suceso, las personas que lo vivieron acaban guardando recuerdos diferentes. Me gusta utilizar los recuerdos y la memoria como material literario sobre el cual construir otra realidad". Otra realidad que no es mentira, simplemente es diferente. Y aunque ha sido una experiencia placentera, el redactado de sus memorias, también ha sido una experiencia dolorosa en algunos momentos. "He tenido que recuperar y revivir vivencias que en su momento fueron muy traumáticas”

 

Dice el tópico que viajando uno se descubre a sí mismo. Jordi Esteva se suma a esta corriente teórica reafirmando que a él es el viaje que le interesa: el viaje iniciático, que es aquel que te cambia. El viaje del cual vuelves diferente de cómo te marchaste. "Recuerdo un viaje a Socotra, iba ascendiendo una montaña y, en el otro extremo, iba descendiendo en mi interior”.

 

No sé si la vida tiene algún sentido. Tenemos que vivir el momento, sin caer en la libidinosidad más vacía y sin ser extremadamente trascendentales. Llegado a los 70 años, el relato de mi recorrido vital quizás puede servir a la gente joven que, aunque en una sociedad muy diferente, pueden sentirse atrapados cm me sentía yo. Tan de bono alguien me hubiera dicho cuando yo era joven que ser gay era un hecho absolutamente normal y del cual nos teníamos que sentir orgullosos.

Aceptar su sexualidad fue un proceso que fue creciendo en paralelo a sus primeros viajes. Unos primeros viajes, descubre Esteva, que hizo con cinco amigos, uno de ellos también homosexual. "Pero vivíamos tan reprimidos que ni nosotros nos lo habíamos explicado. Nosotros mismos éramos nuestros censores. Éramos nuestros principales enemigos. Todo cambió cuando llegué a Egipto, una sociedad en que todo es posible, pero en secreto. Una relación entre dos hombres que dure en el tiempo es impensable, tienen que ser relaciones esporádicas, que además son muy frecuentes".

La fascinación de Jordi Esteva por el mundo árabe nace en el momento en qué de niño empieza a sentir esta pulsión por huir y buscar lugares diferentes. El mundo árabe estaba lejos, pero a la vez, muy próximo. Pasaba los veranos con su familia en el Empordà y recorriendo aquel mar hacia el sur llegaba a Argelia. "De la misma manera que me fascinaba la herencia en nuestro país de la cultura de al-Ándalus. Aquellas palmeras, aquellos camellos... Todo aquello me resultaba exótico y misterioso. Y me decía que un día creería el mar y llegaría a El Cairo, la ciudad que más me fascinaba". Lo hizo.

Mut, este fue el principio del final de su sueño. Allí Jordi Esteva era feliz. Trabajaba haciendo fotos, por fin se había hecho realidad el mundo que siempre había soñado. Pero una madrugada entraron unos sicarios de la policía egipcia y lo 'detuvieron'. Lo trasladaron a El Cairo. Estaba aterrado porque no sabía por qué lo habían detenido ni de qué se le acusaba. "Tenía miedo de acabar, como muchos otros, en el Nilo. Pero me llevaron al Ministerio del Interior, donde tengo que decir que no me tocaron. Me acusaban de espionaje y me encarcelaron". No haremos spoilers, en las páginas de El impuslo nómada descubriréis cómo acabó la historia.

Décadas después, acariciando la última etapa de su viaje vital, Jordi Esteva ya no siente aquella desazón que lo devoraba cuando no estaba recorriendo mundo. Quizás es que ya ha encontrado su casa. "¿Mi casa? Barcelona seguro que no es. Mi casa está donde tengo mi pareja, mis libros y mis animales: mi perra y mis gatos. Ahora hace años que vivimos en un pueblecito del Empordà. Pero no tengo el sentimiento de pertenecer a un lugar. Como decía Goytisolo: las personas no somos árboles, no tenemos raíces, podemos caminar".

 

 

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ARCADIA ARÁBIGA

Arcadia Arábiga. (Fotografías de Socotra y Oasis de Egipto). Exposición comisionada por Jesús Cañete.

Photo España. Inauguración el 23 de septiembre de 2020, a las 19:00h. Casa Árabe, Madrid

 

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KOMIAN

El escritor Jordi Esteva regresa a Costa de Marfil para averiguar sobre el espíritu de la pantera que se manifestó durante el rodaje de su anterior documental "Retorno al país de las almas" sobre las creencias ancestrales y los fenómenos de trance y posesión.

En la película, rodada en blanco y negro, con el ritmo de una "road movie", el escritor asistirá de nuevo a una ceremonia de trance en la que un komián será poseído por el espíritu de la pantera y emprenderá la búsqueda de la otra komián, en toda la Costa de Marfil, poseída por el mismo espíritu poderoso. El periplo le llevará a la vecina Ghana en busca de los únicos percusionistas que pueden invocar al espíritu de la pantera con sus ritmos.

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SOCOTRA, LA ISLA DE LOS GENIOS

La isla de Socotra se encuentra en el océano Índico en una región de gran inestabilidad política entre Yemen y Somalia. Era conocida en la Antigüedad por ser la morada del ave Fénix y del ave Roc. Los árboles del incienso y de la mirra crecen en sus montañas así como los dragos cuya savia roja era apreciada por los gladiadores romanos por su poder cauterizador.

A principios de siglo, los primeros vuelos comerciales pusieron fin al aislamiento secular, pero la isla sigue siendo un oasis de paz en una región atormentada. En el interior de la isla encontramos la Socotra remota y secreta.

Un grupo de camelleros se dirige al interior de la isla cons sus animales antes de la estación de las lluvias.

https://www.filmin.es/pelicula/socotra-la-isla-de-los-genios

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